Desde maristasmurcia.com nos recomiendan leer un artículo escrito por Pilar Sotoca, una alumna nuestra de 1º de bachillerato, donde advierte y aconseja a sus propios compañeros del mal uso de las nuevas tecnologías y su relación con el fracaso escolar. El artículo original se puede leer en «El Patio de mi colegio», un blog dentro de la página web del colegio, escrito por alumnos y al que recomendamos desde aquí para que no dejen de visitarlo.
El fracaso escolar de los niños murcianos puede derivar del mal uso de la tecnología
Este era el titular de una noticia que aparecía publicada en el periódico La Opinión de Murcia, de 21 de septiembre de 2011, y coincidiendo con el comienzo del nuevo curso, me ha dado mucho que pensar.
No creo que nadie, a día de hoy, pueda negar las ventajas que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación pueden reportarnos, como ciudadanos en general y como estudiantes, en particular, ahora bien, también hemos de ser conscientes, de los “peligros” que tiene, sobre todo derivado del abuso y del uso inadecuado.
De todos estos riesgos yo me voy a referir únicamente a aquellos que de forma más directa afectan a nuestro rendimiento escolar, sin entrar en otros debates que siguen abiertos, sobre las redes sociales y demás
Todos sabemos lo fácil que es pasarse horas muertas delante del ordenador o pegado a la televisión, o mandando y recibiendo mensajes con el móvil, y evidentemente, todo ese tiempo, es tiempo que se pierde para estudio. Pero, es mas, también puede ser una fuente inagotable de “dispersión” Me explico: tenemos el ordenador cerrado en cualquier sitio de nuestra habitación y el móvil en la mano o sobre la mesa de estudio; estamos estudiando pero no dejamos de mirar al móvil, mandamos un mensaje (apenas 5 segundos), pero claro, eso provoca una contestación (de la que estamos pendientes) y una nueva respuesta, y efectivamente el tiempo que se ocupa en estas tareas es poco, pero claro, podemos olvidarnos de la concentración con lo cual estamos delante de la mesa y seguramente delante de un libro, pero para nada estamos estudiando. Con Internet ocurre otro tanto, tras una hora de estudio nos hemos ganado un descanso, que mejor manera de “desconectar” que conectarnos a Tuenti, Facebook, twiter o Messenger a ver si esta conectado algún amigo –siempre encontraremos a alguien- chateamos un poco y lo dejamos, pero seguimos pensando en ello, y volvemos sobre aquella fotografía en la que nos han etiquetado, contesto al comentario y lo dejo…. Al final entre unas cosas y otras son las 21:30, nos llaman para cenar, y eso si, hemos estado toda la tarde en la habitación pero, ¿Cuánto hemos estudiado?Yo propongo que nos disciplinemos, que nos pongamos un horario para el uso del ordenador, el teléfono, la televisión, etc., que no estén “a mano” mientras estudiamos, e incluso si necesitamos usar el ordenador para hacer algún trabajo, descargar apuntes o buscar alguna documentación, estas tareas las hagamos precisamente durante el “horario” marcado para el uso del ordenador. y no nos engañemos “estudiando” con ellos, por que no sirve de nada, los resultados nos darán en la cara con la cruda realidad. Hay tiempo para todo, si lo sabemos distribuir.
Me ha parecido muy interesante. Nada más leerlo se lo he enseñado a mis hijas para que aprendan a hacer autocrítica y conocer, en puño y letra de una compañera, y no de sus padres, la visión de una tarde de estudio a día de hoy. Enhorabuena para esta alumna.